Hadas (4)
Otra de las lecciones que nos
muestran las hadas es que a veces lo que nos inquieta o fastidia en los demás o
en nosotros, en realidad, son aspectos que debemos mejorar en nuestra persona.
Eso sin tener en cuenta el hecho de que aceptar lo que nos molesta es una forma
de volvernos tolerantes y flexibles con el límite de respetar siempre nuestra
dignidad y autoestima. Curiosamente, aceptar algo implica superación y
disolución, mientras que el evitarlo o rechazarlo, lo mantiene presente o en el
aire. Evitarlo o escapar lo mantendrá latente hasta que vuelva a presentarse.
Sin embargo, resulta coherente evitar el ataque de alguien que nos provoca sin
razón, por ejemplo, sin que debamos sentirnos mal por ello. En este sentido, la
renuncia y el desapego conllevan una posterior y mejor ganancia, material o
emocional.
Ser conscientes de lo que nos trae
de cabeza, supone un disparador que nos presenta algún aspecto que hay que
pulir. Si lo evitamos, nos estamos evitando a nosotros mismos. Es mejor
escucharnos y aceptar lo que el momento presente nos brinda para poder
evolucionar y enriquecernos. Escaparse y distraerse de uno mismo no nos hace
crecer. La vida es un juego que hay que resolver con coraje y alegría.
La existencia es como esa brisa
traviesa que nos acaricia el corazón y que nos susurra en cada pensamiento lo
emocionante que puede resultar a cada paso.
Cuanto antes aprendamos a aceptar y
por tanto a dejar de oponernos a aquello que nos causa temor o preocupación,
antes podremos pasar al siguiente paso o sorpresa que la vida nos pudiera
deparar. Mirar a la cara al miedo o al agobio sirve para darnos cuenta de la
excesiva importancia que hemos dado a cuestiones que, en realidad, no han
resultado ser tan relevantes o que nos han mostrado aspectos de nosotros mismos
que nunca hubiéramos soñado.
El desapego frente a la dependencia
es un buen antídoto contra el sufrimiento. Además, el sufrimiento también tiene
que ver con la falta de adaptabilidad y la imposición sistemática de nuestro
punto de vista, donde el ansia de control y la vanidad por ocupar una posición
estelar no darán cabida al acuerdo o al diálogo. Uno de los inconvenientes es
que no abrirse a ninguna sugerencia impide sentirse complementado
Las hadas nos aclaran que el
desapego es fluir y dejar fluir, ser y dejar ser, permitir y permitirse, y
añaden que el desapego no tiene nada que ver con la falta de compromiso con lo que estamos
haciendo, con nosotros mismos o con los demás, ni tampoco con la dejadez.
Tener buen corazón facilita el
desapego porque el desapego no pide nada a cambio. El desapego cede a lo que es
mientras que el apego se aferra a lo que queremos que sea.
Cuanto más autónoma y segura de sí
misma es una persona, mayor grado de desapego siente y más inmune es al
sufrimiento.
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Hadas (5)
Las hadas nos acercan a la idea de
que a veces nos quejamos de los demás, pero, sin embargo, nosotros no sólo no
siempre no sabemos valorar o integrar la lección de aquello o de aquellos que
nos rodean, sino que, además, en algunas ocasiones perdemos objetos o dejamos
atrás a personas, y es precisamente cuando vemos que ya no están, cuando
entonces caemos en la cuenta de lo poco conscientes que hemos sido respecto al
hecho de no haber sido capaces de reconocer hasta ese momento, su gran valor, el
enorme sentido que otorgaron en su día a nuestras vidas y los bellos recuerdos
que han dejado en ella. Eso sucede, sobre todo, cuando dejamos que la vida nos
engulla y no disponemos de tiempo para dedicarlo a aquello que realmente brinda
magia a nuestros momentos. ¿Por qué no nos dimos cuenta, cuándo aún estábamos a
tiempo? Si así hubiera sucedido, la magia seguiría ahí, con el encanto de aquél
o de aquello que ahora se ha desvanecido.
Cuando esto nos sucede, es
importante reconocer el error para no repetirlo, perdonarnos a nosotros mismos y
aprender a agradecer y a mimar a aquellos y a aquello que nos acompaña en el
ahora y a decir sí a todas las bendiciones que la vida nos ofrece, desde lo
simple a lo exclusivo. Perdonarnos a nosotros mismos nos permite
perdonar a los demás más fácilmente. De este modo, si nosotros somos
conscientes de nuestros fallos, también comprenderemos que los demás también
tienen el mismo derecho a equivocarse, en función de su estado evolutivo.
No saber valorar a alguien o a algo
hasta el punto de perderlo también pudiera estar relacionado con no amarnos lo
suficiente a nosotros mismos o con haberse olvidado de uno mismo. Por tanto, en
lo primero de debiéramos trabajar es en la profunda apreciación de cada aspecto
de nuestro ser para poder luego compartir lo mejor de nosotros mismos con los
demás y valorarles por lo que realmente son.
Aquí os dejo dos enlaces para
trabajar el amor por uno mismo y por los demás a través de la meditación desde
las células hasta el ser y la visualización creativa:
Una persona enraizada y afianzada en
el amor por sí misma es menos influenciable por las opiniones y los miedos de
los demás. Por tanto, su conducta responderá al amor por sí misma y nunca dejará
que la inseguridad la empuje a adoptar como suyos los miedos ajenos, sino que la
existencia la impulsará a afrontar y a disolver temores e inquietudes.
El hecho de que las cosas son
efímeras debiera empujarnos a apreciar lo bueno, mientras permanezca con
nosotros, del mismo modo que debemos no aferrarnos a ello y, si llega el caso,
resignarnos a su partida, e, igualmente, aceptar que si algo nos inquieta,
acabará esfumándose pues todo es pasajero incluso el sufrimiento motivo de
nuestra preocupación. Por tanto, darse cuenta de la temporalidad de cualquier
angustia contribuirá a sanar, a no aferrarse y a aliviar esos pensamientos
negativos con quienes se recrea y se crece nuestro ego. De hecho, lo negativo,
bien gestionado, nos acerca a saborear lo bueno, oculto en la realidad más
inmediata, aquella que toma forma ante nosotros por alguna razón, si sabemos
abrirle los ojos al presente. Cuando no es así, es el paso del tiempo, quien nos
lo muestra.
El camino de la aceptación y de la
toma de conciencia va de la mano de la serenidad, la autoestima y la atención
plena. Así pues, la paz interior, el amor por uno mismo y la alerta son las
piezas que nos anclan en la perspectiva más inmediata del momento presente, que,
cuanto más amplia y objetiva sea, facilitará una mejor visión y claridad mental
para manejar las circunstancias. De hecho, ser capaces de analizar las
situaciones desde fuera (en eso, las hadas son unas expertas pues con sus alas
pueden ver el mundo desde arriba) sin dejarnos influir por criterios obsoletos o
preferencias personales o imposiciones ajenas, nos permitirá adoptar una
posición ecuánime y óptima.
Es ideal tomarse el tiempo
suficiente para ponderar adecuadamente (sin caer en el otro lado de la balanza,
el de la excesiva ponderación basada en la duda, el miedo o la inseguridad) pues
a veces las decisiones impulsivas resultan nefastas, pero también es esencial
conocernos a nosotros mismos lo suficiente como para poder tomar una decisión
rápida en base a nuestra intuición, conocimiento de la situación y buen juicio,
si así se requiere. Cuando se tiene la certeza sobre algo y se desea con mucha
fe, no surge la duda, pues la elección se toma como la opción que emana de la
sabiduría que otorga la confianza en uno mismo y el equilibrio entre el corazón
y la mente.
Adentrarnos en el momento
presente es la llave del éxito en cada situación concreta que nos descubre el
telón de la vida. A veces, el éxito nace del error.
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
La luz de los ángeles y de las hadas
El perdón es una herramienta para sentir nuestras alas de libertad y despojarnos de cargas absurdas de arrastrar. Son cargas que nos hunden más y más en el fango de nuestra prisión mental donde el ego se complace en someternos sin percatarnos de ello. Con el perdón llega la consideración por quienes nos dañaron o, al menos, pensar en ellos con respeto y compasión. Esta nueva visión provoca cambios de comportamiento no sólo en nosotros sino en los demás. Se trata de una actitud que nos ennoblece.
Los destellos del corazón de un hada o de un ángel emiten vibraciones de compasión y de amor incondicional por todos los seres vivos, sobre todo, porque tienen la facultad de mirar desde su ser directamente al interior de emociones ajenas que necesitan ser sanadas y transformadas para su mayor bien y evolución. Por tanto, abrirse a estos seres posibilitará un cambio interno con efectos proporcionales en la realidad exterior.
Sentir su abrazo de luz es una bendición que nos abrirá a una nueva percepción del mundo y sobre todo a un arraigo del poder de la imaginación en la semilla de cada una de nuestras experiencias.
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
El respeto del corazón
Una lección que nos brindan las Hadas y los Ángeles es que cualquier situación que nos pone a prueba vivida desde la paz interior y apelando a nuestra fortaleza interna y flexibilidad puede ser superada con creces, sobre todo, si nos abrimos a nuestra capacidad de adaptación. El hecho de visualizarla en momento presente como algo transitorio contribuirá a sentirnos aliviados y seguros de nosotros mismos. La seguridad y la confianza que nos aporta el vibrar desde el corazón es la llave que nos acercará al conocimiento sobre nosotros mismos, ese conocimiento que a veces nos resulta desconocido.
Se trata de un conocimiento difícil de adquirir pues cuando no se ha educado a la mente en el autodescubrimiento interior, resulta extraño mirar al corazón y practicar la consciencia atenta tanto dentro como fuera. En este proceso, vamos a tener que vérnoslas con ego, que no va a renunciar fácilmente a la soberanía y al control que ejerce en nosotros.
Los seres de luz
nos guían desde el pensamiento a través de la voz interior y nos impulsan a ser
sinceros con nosotros mismos para sentirnos en unidad con el alma y expandir
nuestra espiritualidad en nuestro beneficio y en favor de los demás. Ellos abren
posibilidades en nuestro fuera interno que las exigencias, las creencias y los
prejuicios del exterior aniquilarían. Ellos nos miran sin juzgar, sin etiquetar,
algo que nosotros podríamos aprender a hacer con nosotros mismos y con nuestros
congéneres pues nos enseña a mirarnos y a mirar a los demás desde el respeto
del corazón.
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
Sobre las Hadas y los Ángeles
Las Hadas y los Ángeles nos abren la puerta a la paz y a la transformación interna. La llave es la meditación, el silencio interior y la fe en que todo nos conduce a lo que es mejor para nosotros. La sorpresa es que el modo no suele ser el previsto y por eso a veces nos sentimos perdidos hasta que aprendemos a entender el porqué de lo que nos pasó. Pero ello no debe crearnos angustia, sino más bien conectarnos con la emoción de lo inesperado y con el desapego al ego que nos maneja a su antojo y nos empuja a comprenderlo todo como a él le conviene. El ego nos habla de separación y de protagonismo, las hadas y los ángeles, de unidad con nuestra luz interior y con cuanto nos rodea. Estos seres nos animan a conectar con nuestro ser esencial, aquello que realmente somos sin dejarnos afectar por los prejuicios, la aprobación y las exigencias de los demás.
Desde el pensamiento calmo y sereno se hace más fácil vislumbrar y adquirir esas lecciones que a veces nos apesadumbran y que requieren de tanto tiempo para su aprendizaje e integración. Concentrarse en el momento presente, perdonando el pasado y fluyendo en la atención consciente es un salvoconducto al autoconocimiento, la autoestima y la fe en uno mismo. Recuperar la fe en nosotros mismos nos llevará a recuperar la confianza en los demás, aceptándolos tal como son, de igual modo que lo hacemos con nosotros mismos, sin forzarnos ni intentar cambiarnos a contracorriente, simplemente ser y dejar ser.
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
Las Hadas del Momento Presente
Las Hadas del Momento Presente acarician cada minuto como si
fuera un sueño y lo envuelven con un halo amoroso, abrazándolo y acunándolo como
si fuera un tesoro.
Estas hadas ven tu alma desde lo profundo del ser interior.
Ellas son esos seres que transitan nuestras emociones para ayudarnos a recobrar nuestro estado natural de paz interior.
Estas hadas ven tu alma desde lo profundo del ser interior.
Ellas son esos seres que transitan nuestras emociones para ayudarnos a recobrar nuestro estado natural de paz interior.
Su vibración nos recorre el corazón dejando tras de sí una
estela de magia que nos abre a la dulzura del ahora.
Estas hadas están en la brisa y siempre te rodean con su presencia de luz, sus alas te brindan confianza, pero su voz no resuena fuera sino dentro de ti.
Estas hadas están en la brisa y siempre te rodean con su presencia de luz, sus alas te brindan confianza, pero su voz no resuena fuera sino dentro de ti.
¿Las escuchas?
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
Afirmaciones de las Hadas del Momento Presente
La quietud se
aposenta en cada pliegue del corazón, al respirar al unísono con el equilibrio
de la energía celestial.
Cada latido
emana del centro de conexión con la infinita energía en unidad con el Universo.
La respiración
consciente nos sintoniza con la luz interior, calma y bella.
Cada pensamiento se filtra en el sosiego y la totalidad del momento presente.
El ser interior florece con la autoconfianza y el sentido de libertad que hermana a las almas en paz consigo mismas.
La creatividad es ese don que las hadas os regalamos cuando se fluye de forma natural al descubriros interiormente.
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
Acerca de las Hadas
(1)
Percibo a las
hadas como unos seres juguetones que aparecen en nuestras vidas para ayudarnos a
cambiar algún aspecto de nuestro intocable sistema de valores o al menos, a
entender otros puntos de vista -desde el punto de ampliar
considerablemente nuestra estrecha perspectiva-, independientemente de que los
compartamos, pues entender no significa aprobar o dar nuestro consentimiento.
Para ello,
colocan a un individuo con estrechez de miras en ambos lados de la balanza, eso
implica que será capaz de analizar un problema desde bandos opuestos y eso,
lógicamente, transforma y convierte al individuo en un ser más justo y
equitativo porque aprender a analizar un conflicto desde todas las posiciones
implicadas. De este modo, el sujeto se torna empático. Sin embargo, aprobar esta
lección implicará una etapa de dolor emocional, como todo cambio trascendental
en la vida, que desaperecerá como por arte de magia cuando lo aceptemos, lo
superemos y podamos aplicar el nuevo conocimiento adquirido desde una postura
mental más aperturista y tolerante. De hecho, la plenitud personal pasa por la
adquisición de ciertos conceptos básicos, sin los cuales es imposible llegar a
un grado elevado de madurez y bienestar personal o sentirse a gusto cn uno
mismo.
Es difícil
visualizar a las hadas y los ángeles. Las hadas sólo se acercan a personas muy
sensibles y especiales, que saben valorarlas para aportar algo de fantasía a su
aburrida realidad y ayudarlas a expandirse. Además, ellas les enseñan que lo
mejor no necesariamente está en las cosas estables –tal y como nos han inculcado
siempre-, sinó que puede estar perfectamente en las transitorias y que ello se
llama “aprovechar la ocasión y sacarle todo el zumo”. De hecho, la inmensa
mayoría de los acontecimientos que vivimos en nuestra vida son meramente
temporales.
Trabajar con el
arcángel Uriel abrirá las puertas al Reino de las Hadas. Desde el momento en que
se es capaz de percibirlas, el individuo puede ser sensible a la clarividencia
y, por tanto, ser capaz de interpretar cartas de adivinación. Sentirlas consigue
activar la intuición al máximo.
Con
ellas se vive el amor como un sentimiento libre e intenso cuya
emoción todos
tenemos derecho a sentir a flor de piel en sus diversas formas. Sin
embargo, a
través de ellas se percibe que la vida no tiene ningún sentido sin la
autenticidad y el placer por las cosas más simples, aquellas que hacen
valorar
hasta el más pequeño de los detalles, algo que ellas transmiten
constantemente,
imagino que por su vínculo con la sabiduría de la naturaleza y de las
emociones. Por tanto, lo
mejor de la vida no se puede comprar y suele aparecer gracias a nuestra
fe y a nuestra capacidad de pensamiento positivo, pero para ello es
necesario abrir
nuestra mente y comprender que las cosas no tienen porqué ser
complicadas, por
lo que no debemos darle vueltas a las cosas, sino simplemente aceptar y
afrontar
los hechos. Esto nos ayudará a ver a nuestros semejantes tal y como son
realmente y no cómo nosotros quisiéramos que fueran. Una vez integrado
este
concepto, nos será más sencillo no tratar de cambiar a las personas,
sino
cambiar nosotros, si la situación lo merece.
La autenticidad
pasa por aprender a rodearse de personas que nos nutran y nos enriquezcan,
sabiendo desechar a las personas falsas y llenas de prejuicios (si está en
nuestra mano) y, si es necesario, tener la valentía de saber enfrentarse a una
soledad transitoria que nos llevará a conocernos a nosotros mismos, a hacer
ejercicios de introspección (meditación, reflexión) y, de este modo, a tener
claro qué es lo que realmente queremos y, más adelante, abrir nuevas puertas
inesperadas en nuestro paso por la vida, habiendo adquirido un mayor grado de
conocimiento interior. Además, si se acepta seguir su reto, en cierta manera,
ellas protegen a quien esté preparado para recibirlas… aunque, a veces, ¡hay que
pararles los pies!. El individuo debe saber discernir la fantasía de la realidad.
No obstante, si
no podemos apartar a personas que no nos convienen, significará que ellas tienen
algo que enseñarnos y hasta que no asimilemos la lección, éstas no desaparecerán
o cambiarán de actitud.
A diferencia de
los ángeles, las hadas más que con la paz del espíritu, tienen que ver con la
transformación personal y con el hecho de descubrir que las cosas no son siempre blanco o
negro o al menos no lo que parecen a primera vista y, sobre todo, que de algo
que podemos juzgar como no muy bueno, se puede obtener lo
mejor. Y, que, además, la existencia está llena de cosas no planeadas, esos
regalos que a veces nos envían ellas, esos seres tan transgresores, que
cuestionan la realidad de las situaciones y que enseñan que a veces es necesario
replantear y modificar viejos conceptos para no anclarnos en posturas radicales
y obsoletas.
De los diversos "aprietos" en que ellas nos coloquen, aprenderemos a estar libres
de prejuicios y dispondremos de los elementos de juicio necesarios para valorar
y
reconocer cosas tan distintas como
la justicia
o la hipocresía.
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Los ángeles
Es difícil visualizarlos, aunque hay personas que lo han conseguido en estado normal, de trance, shock o tristeza vital. También pueden aparecerse en sueños o puede oírse sus susurros o sentir cómo pasan cerca de uno o, simplemente, están ahí, y aunque no consigamos siquiera verlos, en todos los casos la experiencia va acompañada de una intensa calma y serenidad. Con ellos, nunca sentimos miedo. Es como si supiéramos que están allí para protegernos.
Son seres que se comunican de forma suave, sutil, delicada. Pueden comunicarse a
través del pensamiento o con un susurro, o es suficiente con el hecho de sentir
una leve brisa soplando sobre la piel o incluso visualizar un destello de luz,
que desaparece acto seguido. Todo ello va acompañado de una sensación placentera
de sosiego interior. En ocasiones, puede intuirse que están cerca porque la
armonía se respira en el ambiente... La persona es capaz de impregnarse de ella,
nota cómo la posee y se funde con ella. Simplemente, se sabe. No hay dudas.
Podría considerarse como una especie de conocimiento intuitivo a través del cual
el individuo accede al contacto con estos guías alados.
Yo practico meditación y
a través de esta técnica
siempre me lleno de su luz
purificadora y penetrante, que me abre el camino de mi paz interior (tan
necesaria, sobre todo, en los tiempos que corren hoy en día).
Se manifiestan
como criaturas llenas de amor que vienen a ayudarnos en situaciones concretas.
La fe en ellos los atrae, aunque como su propósito es ayudar desinteresamente,
pueden acercarse a todas las personas y si se desea tenerlos siempre cerca,
basta con tan sólo pensarlo. Ellos acudirán.
Existen multitud
de rezos para invocarlos. A través de la meditación podemos sentirlos más
intensamente, sobre todo, cómo nos van llenando de luz de paz y entramos en un
estado profundo de silencio interno, que nos baña en la tranquilidad.
En
Los
ángeles al alcance de todos, de Kabaleb y Soleika Llop
podemos encontrar
plegarias y exhortos de los 72 Genios de la Cábala y qué es lo que podemos
pedirle a cada ángel.
Los ángeles son
seres que nos ayudan a superar los difíciles trances de la vida y, con ello, nos
enriquecen y nos transforman ya que con cada obstáculo superado, nos volvemos
más sabios y nos fortalecemos interiormente. Por tanto, son seres a quienes
podremos invocar para conseguir una evolución personal plena de acuerdo con la
voluntad divina, aunque nunca debemos olvidar darles las gracias y entender que
siempre actuarán sometidos a la voluntad de Dios, por tanto, nuestra petición
debe coincidir con ella y, al final, siempre seremos nosotros los que
decidiremos cómo actuar en cada circunstancia ya que ellos no pueden luchar
contra el libre albedrío.
Autora: María Jesús Verdú Sacases
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual
Yo suelo
escribirles
poesías a los ángeles. Aquí os transcribo algunas de ellas que he escribí en su
día en mi blog
Zona Iluminada:
El aliento de los ángeles
Me soplas tu aliento de paz,
adentrándote en mi alma,
cuando el alba embellece el horizonte
y se despide de las estrellas,
que ahora apagadas,
duermen arropadas
por el manto de la bóveda celeste
en un silencio eterno y conmovedor.
La libertad de tus alas
me guía hacia la calidez del corazón
avivada por la sonrisa de las emociones
y la espiritualidad de cada destello
que irradias
en cada uno de mis pensamientos.
Autora: María Jesús Verdú Sacases (texto
inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual (Todos los derechos
reservados)
El vuelo de los ángeles
Llueven tus gotas de destellos de
colores,
un manto de gracia
que acaricia cada pensamiento mío,
mi piel,
desde dentro
hacia fuera,
y se expande esta sublime caricia
hacia aquellos
que le abren su corazón.
La brisa matutina me renueva el alma
y refresca mis ilusiones,
aquellas que se fortalecen en el nuevo día
junto al sol del horizonte,
cuya luz me sosiega,
al igual que cuando percibo el sutil roce de tus alas
y ese sentimiento de quietud
que se aposenta en mi ser,
cuando puedo sentirte cerca de mí
en mi paseo de ligeras sensaciones,
al abrigo del vuelo de los ángeles.
un manto de gracia
que acaricia cada pensamiento mío,
mi piel,
desde dentro
hacia fuera,
y se expande esta sublime caricia
hacia aquellos
que le abren su corazón.
La brisa matutina me renueva el alma
y refresca mis ilusiones,
aquellas que se fortalecen en el nuevo día
junto al sol del horizonte,
cuya luz me sosiega,
al igual que cuando percibo el sutil roce de tus alas
y ese sentimiento de quietud
que se aposenta en mi ser,
cuando puedo sentirte cerca de mí
en mi paseo de ligeras sensaciones,
al abrigo del vuelo de los ángeles.
Autora: María Jesús Verdú Sacases
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
La caricia de los ángeles
Me brindas tu caricia de luz,
tu caricia de amor,
tu caricia sincera,
tu caricia
que me viene de la mano abierta
del cielo estrellado,
de ese manto que arropa al mundo
con tanto cariño
que envuelve nuestros sueños
con una estela de destellos de paz,
mientras las estrellas abren los ojos
a nuestras ilusiones,
que se mecen plácidamente
en el vaivén de nuestra respiración acompasada,
y caminan lentamente en la noche,
como aletargadas
para despertarse y cobrar vida
al alba
e irradiar en nuestro horizonte,
en nuestra mirada,
en el nuevo día,
animadas por la fuerza y el impulso de nuestro corazón
y la fe
en el camino
que los ángeles abren ante nosotros.
tu caricia de amor,
tu caricia sincera,
tu caricia
que me viene de la mano abierta
del cielo estrellado,
de ese manto que arropa al mundo
con tanto cariño
que envuelve nuestros sueños
con una estela de destellos de paz,
mientras las estrellas abren los ojos
a nuestras ilusiones,
que se mecen plácidamente
en el vaivén de nuestra respiración acompasada,
y caminan lentamente en la noche,
como aletargadas
para despertarse y cobrar vida
al alba
e irradiar en nuestro horizonte,
en nuestra mirada,
en el nuevo día,
animadas por la fuerza y el impulso de nuestro corazón
y la fe
en el camino
que los ángeles abren ante nosotros.
Autora: María Jesús Verdú Sacases (texto
inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual (Todos los derechos
reservados)
El camino de felicidad de los ángeles
Me colma vuestro halo de paz
que nace de un camino de serenidad
donde brotan vuestras semillas luminosas
con destellos de equilibrio.
Me lleváis con vosotros hacia las estrellas
y me escondo tras una de ellas
por cuyos rayos se filtra la luz plateada de la luna,
mientras me impregno de esta energía de plenitud
a la vez que penetra por cada poro de mi piel
y me llena el alma de tanto amor
que me elevo con vuestra vibración divina hacia el sol
donde me prende en el corazón una llama viva renovadora
que me fortalece internamente en mi senda de evolución.
Asciendo hasta el origen que da sentido a mi vida
y descubro que su razón está en ti.
Eres ese fuego centelleante
que arrastra mi conciencia hacia la felicidad de mis días.
Autora: María Jesús Verdú Sacases (texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual (Todos los derechos reservados)
que nace de un camino de serenidad
donde brotan vuestras semillas luminosas
con destellos de equilibrio.
Me lleváis con vosotros hacia las estrellas
y me escondo tras una de ellas
por cuyos rayos se filtra la luz plateada de la luna,
mientras me impregno de esta energía de plenitud
a la vez que penetra por cada poro de mi piel
y me llena el alma de tanto amor
que me elevo con vuestra vibración divina hacia el sol
donde me prende en el corazón una llama viva renovadora
que me fortalece internamente en mi senda de evolución.
Asciendo hasta el origen que da sentido a mi vida
y descubro que su razón está en ti.
Eres ese fuego centelleante
que arrastra mi conciencia hacia la felicidad de mis días.
Autora: María Jesús Verdú Sacases (texto inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual (Todos los derechos reservados)
Aquí os dejo un
pequeño relato mío pero que nació del corazón de un ángel y que también
he tomado de mi blog
Zona Iluminada :
"Érase una
vez una estrella que se escapó del corazón de un ángel y siguió su misión
incondicional de derramar su luz de amor sobre todos aquellos que la
contemplaran en el cielo infinito de cada noche estrellada.
Aquellos que la sabían reconocer, sentían como ese halo luminoso les llenaba de alegría y sus destellos reavivaban sus ilusiones. Gracias a ella aprendieron a apreciar como su movimiento centelleante les desvelaba los secretos para despertar a la felicidad y, además, sintieron palpitar su propia energía vital, la cual respondía a esa búsqueda interior, que les guiaba en el camino de la revelación de su propio potencial interno.
Pero un día se dieron cuenta de que en el cielo nocturno había otra estrella justo delante de sus narices, que brillaba mucho más que la que habían encontrado antes y, sin embargo, a pesar de estar tan cerca, nunca la habían visto tan clara como hasta entonces.
Fue en ese momento, cuando se dieron cuenta de que la intensa fuerza lumínica de ese punto de luz, que destacaba por encima de todos los demás, era, en realidad, su propia luz interior de la que ahora tomaban conciencia, tras haberse detenido en ese cálido baño de esa luz plenamente suya y de la cual ahora ellos se nutrían para compartirla e irradiarla hacia otros corazones."
Aquellos que la sabían reconocer, sentían como ese halo luminoso les llenaba de alegría y sus destellos reavivaban sus ilusiones. Gracias a ella aprendieron a apreciar como su movimiento centelleante les desvelaba los secretos para despertar a la felicidad y, además, sintieron palpitar su propia energía vital, la cual respondía a esa búsqueda interior, que les guiaba en el camino de la revelación de su propio potencial interno.
Pero un día se dieron cuenta de que en el cielo nocturno había otra estrella justo delante de sus narices, que brillaba mucho más que la que habían encontrado antes y, sin embargo, a pesar de estar tan cerca, nunca la habían visto tan clara como hasta entonces.
Fue en ese momento, cuando se dieron cuenta de que la intensa fuerza lumínica de ese punto de luz, que destacaba por encima de todos los demás, era, en realidad, su propia luz interior de la que ahora tomaban conciencia, tras haberse detenido en ese cálido baño de esa luz plenamente suya y de la cual ahora ellos se nutrían para compartirla e irradiarla hacia otros corazones."
Autora: María Jesús Verdú Sacases (texto
inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual (Todos los derechos
reservados)
Aquí os dejo unas
frases alentadoras que nos dedican los ángeles:
“Tu respiración es el
aliento que el mundo necesita.”
“Eres como el agua que siempre abre camino a la vida.”
“Adopta una conciencia de paz y el mundo será un reflejo de ti.”
“El sol de tu lago de quietud se funde con tu lágrima emocionada de felicidad y nace la luz en tu corazón.”
“No te preocupes por el futuro y las respuestas se manifestarán.”
“Eres como el agua que siempre abre camino a la vida.”
“Adopta una conciencia de paz y el mundo será un reflejo de ti.”
“El sol de tu lago de quietud se funde con tu lágrima emocionada de felicidad y nace la luz en tu corazón.”
“No te preocupes por el futuro y las respuestas se manifestarán.”
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
Hadas
(2)
Uno de los
conceptos que pueden adquirirse de las hadas es el del renacimiento
interior, entendido como un nuevo estado del individuo donde ha
aprendido a dejar atrás planteamientos obsoletos e incorrectos, que ha
sustituido por una visión más clara, realista y aperturista a través de la
integración de la virtud de la flexibilidad y la tolerancia. El individuo se
siente renovado, limpio (sin cargas), pleno, agradecido y liberado.
Abrirse a una
nueva forma de pensamiento hará posible que la conciencia del individuo se
expanda a una nueva visión de la realidad que lo rodea.
El renacimiento
interior, consecuencia de una gran transformación personal, es incompatible con
la vanidad y la dependencia o la obsesión por los resultados con el fin de
disfrutar de los halagos de los demás y así poder alardear de nuestras
capacidades ante ellos. Es imposible renacer con defectos que nos anclan en lo
superficial del ser. Debemos ser capaces de escarbar, de destapar nuestros tesoros
interiores (esos mismos tesoros que constituyen las vitaminas de nuestra dieta
emocional), abrirnos a ellos y sentirnos como si naciéramos de nuevo, siendo
conscientes de ellos. Son aquellos que nos ennoblecen, que nos aportan, que nos
nutren y que nos acercan a la felicidad verdadera, la que no está basada en lo
externo porque se asienta de forma natural en el interior del ser.
Además,
un individuo que ha llegado a este nivel es un individuo sencillo y humilde que
sabe que hay que abrirse a experiencias inesperadas y a acontecimientos
imprevisibles, en lugar de tratar de
controlarlo todo, y que en esto reside la emoción de la vida.
La espontaneidad de ciertos hechos
de
la vida es como un juego para las hadas.
Autora: María
Jesús Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
La magia de la
vida y de las hadas (3)
Abrirse a la magia de la vida es
asentarse en lo sencillo, en lo auténtico y saber reconocer lo sublime y lo
bello en lo cotidiano que nos rodea. La magia de la vida nos invita a
adentrarnos en el momento presente, a detenernos en él y a centrarnos en lo que
estamos haciendo.
Cuando vivimos en el ahora, nos
dejamos llevar por el cauce de la vida y sabemos mantener la serenidad, la fe en
nosotros mismos, la flexibilidad y la aceptación necesarias cuando las cosas no
salen como hemos planeado.
La magia del momento
presente nos invita a tomarnos la vida sin tantas prisas ni exigencias, a
aceptarla como un juego, como una aventura a nuestro favor más que como una
competición para demostrar ser el más fuerte. A veces conviene saber retirarse a
tiempo y otras es necesario saber jugar nuestras cartas y defender con firmeza
aquello en lo que creemos. Si hallamos el punto de equilibrio en cada situación
y poseemos un criterio de justicia, paciencia y madurez, construiremos los
pilares de una decisión sabia.
Esa misma
magia es la que nos empareja con el positivismo, con el
optimismo y con la dulzura del preciado y valioso momento presente, aquél que
puede presentarnos un emocionante reto o un instante de
tranquilidad y aquél con el que fluiremos con intensidad,
con seguridad, estando plenamente sumergidos en él pues no retornará. Una
excelente opción es vivir sin rencor, soltando el lastre del sufrimiento,
habiendo perdonado y sintiéndonos libres por ello. Sin embargo, el perdón
resulta más fácil cuando ha pasado un período de tiempo en el que somos capaces
de encontrar la objetividad y la perspectiva necesarias para integrar la nueva
lección que nos regala aquella experiencia que nos causó dolor.
El estado natural de la
transitoriedad de las cosas nos enseña a recrear y potenciar lo positivo, si nos
sentimos bien y si nos sentimos mal, analizar las causas de nuestro malestar
interior para encontrar alternativas y adaptarse a las nuevas circunstancias o
bien plantearse un cambio, si las circunstancias resultan insostenibles. Tratar
de controlar y de poseerlo todo nos abrirá las puertas del sufrimiento.
La magia de la vida nos conduce a la
paz interna, aquella en la que dejamos de criticar y de generar conflictos y
provocar la solución incluso desde una visión en la que sabemos ver la paradoja
como algo que puede llegar a complementarnos. En este sentido, la magia y la
sabiduría de la vida nos confiere una mayor comprensión de las cosas desde una
postura claramente más humana.
La magia de las hadas nos ancla en
nuestros sueños pero vividos desde el ahora pues el mejor sueño es el momento
presente y por eso no debemos sentirnos esclavos de la proyección hacia el
futuro y la dependencia de los resultados en que pudieran encasillarnos y
limitarnos nuestras expectativas y deseos. Así pues, podemos empezar a ser
felices desde el día de hoy y no condicionar nuestra felicidad meramente a lo
externo.
Un consejo que nos dan las hadas es
que podemos celebrar la vida que borbotea en nuestro interior y valorar las
agradables y placenteras sensaciones que nos transmiten cosas tan simples como
la calidez de la mañana, la frescura de la brisa, el relajante sonido del vaivén
de las olas o el resplandor de la luna en la noche. Podemos exteriorizar nuestro
potencial, brillar con nuestra propia luz y experimentar la plenitud. Sólo es
necesario abrirse a la vida con sinceridad y creyendo más que nunca en nosotros
mismos y sobre todo, ser humildes pues es importante saber reconocer los propios
errores y no mostrarse vanidoso o egoísta ante el éxito personal o profesional
pues el mayor éxito es saber ser cada día mejor persona y nutrir con amor
nuestro interior y nuestro entorno.
Aut
ora:
María Jesús Verdú Sacases. Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
Sentirse
bien
gracias al buen corazón de un hada
Siento como la vida me acaricia el
rostro con un velo de ternura y sensibilidad que me adentra en mí misma...
Siento como la magia de las palabras forma un pliegue sobre mi piel, marcando el inicio de un camino que acaba en la luz de una mirada brillante de felicidad...
Siento como la dicha es más intensa a medida que me acerco a ese lugar de ensueño, lleno de ilusiones, que vivo serenamente en cada momento presente...
Siento como el ahora es una bendición que me empuja a seguir los pasos desde la perspectiva de lo divino y lo sublime...
Siento una dulzura que me eleva hacia la espiritualidad en un gozo que nace de la fusión con mi silencio interno y mi propio espacio de libertad creativa...
Siento que me he conciliado plenamente con el tiempo en una fase abierta de renovación interior, habiéndome liberado del dolor gracias a las hadas cuyo vuelo eleva un sentido de justicia que reconforta el mundo y los corazones que ellas protegen...
Siento como la magia de las palabras forma un pliegue sobre mi piel, marcando el inicio de un camino que acaba en la luz de una mirada brillante de felicidad...
Siento como la dicha es más intensa a medida que me acerco a ese lugar de ensueño, lleno de ilusiones, que vivo serenamente en cada momento presente...
Siento como el ahora es una bendición que me empuja a seguir los pasos desde la perspectiva de lo divino y lo sublime...
Siento una dulzura que me eleva hacia la espiritualidad en un gozo que nace de la fusión con mi silencio interno y mi propio espacio de libertad creativa...
Siento que me he conciliado plenamente con el tiempo en una fase abierta de renovación interior, habiéndome liberado del dolor gracias a las hadas cuyo vuelo eleva un sentido de justicia que reconforta el mundo y los corazones que ellas protegen...
Autora: María Jesús
Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual
Tu hada te cuenta... (de mi blog
Zona Iluminada)
Provengo de un reino azul donde
el mar se zambulle en el cielo y los veleros surcan las olas cuya estela de
espuma nos guía en un camino de deseos y de estrellas.
Los árboles
susurran murmullos de besos arropados de dicha y de ternura, mientras los
pájaros se posan en el amor de los corazones, resueltos a engalanar el mundo de
nuestras emociones, a la vera de pensamientos nobles que se deslizan en el
manantial de nuestra alma, rumbo hacia la profundidad de nuestros más sinceros
sentimientos, corriendo en dirección a lo mejor de nosotros mismos.
Mi reino rebosa
de belleza y de perfección interior pues se arropa bajo lo divino y lo sublime
del Universo, desde esa percepción que sólo puede apreciarse con la intuición,
el vínculo y el valor que concedemos a la esencia de las cosas, ese aspecto que
nos lleva a sentir la autenticidad de todo lo que nos rodea y que vivimos como
el mejor de los regalos desde una actitud de compromiso y de respeto por la
magia, la luz y la integridad de nuestro entorno, tan ligero que las nubes se
descuelgan para reposar en el valle de nuestras ilusiones y arremolinarse en la
imaginación de nuestros mejores sueños.
Autora: María Jesús Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual. Las imágenes son de la red
Me sumerjo en la paz que
encierran mis emociones y me elevo con ellas hacia la luz serena de mi alma,
hacia un paraíso similar al cielo donde las preocupaciones se escapan y donde
me adentro en la belleza que se despliega ante los ojos del corazón, que sólo
el poder de la magia puede ver.
Conecto con aquella esencia que sosiega los anhelos no cumplidos y que nos empapa de nosotros mismos en ese espacio interno impregnado de libertad y de nuestra perfección interior, tan sublime que nos extasía al palpar su existencia.
Destellos de ilusión corren en el universo de nuestra mente donde gotas de plenitud centellean sobre la superficie de nuestros pensamientos, deseosos de aflorar hacia el mundo, ansioso por lanzarlos en cada orilla de sus playas, en cada remanso de quietud, en cada rayo de su horizonte, como parte de un movimiento sosegado que exterioriza lo divino de cada uno de nosotros.
Conecto con aquella esencia que sosiega los anhelos no cumplidos y que nos empapa de nosotros mismos en ese espacio interno impregnado de libertad y de nuestra perfección interior, tan sublime que nos extasía al palpar su existencia.
Destellos de ilusión corren en el universo de nuestra mente donde gotas de plenitud centellean sobre la superficie de nuestros pensamientos, deseosos de aflorar hacia el mundo, ansioso por lanzarlos en cada orilla de sus playas, en cada remanso de quietud, en cada rayo de su horizonte, como parte de un movimiento sosegado que exterioriza lo divino de cada uno de nosotros.
Te posas en lo
más recóndito de mi ser y te mudas a la casa en ruinas de mis secretos ya
olvidados, ahora en cenizas, pero tú los alumbras con tu fe y consigues que
tomen cuerpo, que vuelen con tus alas y que se muevan con tanta dulzura que me
acarician la piel con las palabras que los conforman.
Emanas la fuerza de los que creen en sí mismos y que se han labrado su propio camino de autenticidad e integridad.
Emanas la fuerza de los que creen en sí mismos y que se han labrado su propio camino de autenticidad e integridad.
Autora: María Jesús Verdú Sacases.
Texto inscrito en el Registro de
la Propiedad Intelectual. Las imágenes son de la red.
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