sábado, 26 de septiembre de 2009

El latido de la vida



El latido de la vida es aquél que la impulsa a manifestarse plenamente en actividad, impregnada en la esencia del presente y habiendo perdonado el pasado. De este modo, el corazón bombea nuestras experiencias de manera que vamos creando nuestro propio camino gracias a nuestras elecciones.


Un latido sano y enérgico de la vida viene determinado por:

  • La motivación, la ilusión y el entusiasmo en cada paso del camino.
  • No desanimarse ante los obstáculos.
  • Ser conscientes de la propia responsabilidad en cada una de las experiencias.
  • Olvidarnos de rencores y de viejas rencillas.
  • Sentir el amor por nosotros mismos y por cada elemento que nos rodea.
  • Ser capaces de ser felices con cosas tan simples como escuchar las gotas de lluvia o cuando la suave brisa se desliza por nuestra piel.
  • Maravillarnos por la belleza que la vida despliega antes nosotros y que, a veces, con las prisas y las exigencias de lo exterior, se nos escapa.
  • Creer en nosotros mismos y en los demás.
  • Ser capaces de decir no, si es necesario, pero también valorar lo bueno que hay en los demás.
  • No ser duros con nosotros mismos ni con los demás.
  • Manifestar una actitud de paciencia, humildad y respeto.
  • Ser conscientes de que siempre se abren nuevas posibilidades en el camino.